En junio del 2007, Damien Hirst (en la foto), el más mediático de todos los artistas contemporáneos británicos, presentó en sociedad una de sus últimas creaciones, una calavera con 8.600 diamantes incrustados titulada ‘For the love of God’ (Por el amor de Dios), que supuestamente es lo que exclamó su madre cuando él le mostró la pieza. La obra se vendió por 55 millones de euros, algo más de lo que se pagó en el 2005 por el cuadro ‘Peasant woman against a backdrop of wheat’ (1890), de Vincent van Gogh. ¿Significa esto que Hirst y Van Gogh tienen la misma calidad artística? ¿Qué elementos hacen que una obra de arte sea más codiciada por museos y coleccionistas? El economista Don Thompson intenta dar respuesta a estas preguntas en el libro ‘El tiburón de 12 millones de dólares’, que Ariel acaba de publicar en España.
El autor se sumergió durante todo un año en el mercado del arte contemporáneo de Londres y Nueva York para revelar los mecanismos del márketing que convierten a un artista en una firma de marca.
El mercado del arte contemporáneo mueve 12.000 millones de euros al año; empresas como Artnet ofrecen a los inversores informes sobre la evolución de precios de 4.300 artistas, y florecen los cursos de márketing para creadores. Lo resumió Andy Warhol hace más de 50 años: «La mejor obra de arte es un buen negocio».
Algunas sugerencias para sus fotos en vaciones. y/3
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En la playa vale la pena permanecer alerta, dispuesto a apretar el
disparador en cualquier momento. También es aconsejable enfocar «por
zonas». Los temas...
Hace 12 años
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