Perez Rey: IVAN GÓMEZ Y EDUARDO VEGA DE SEOANE EN LA GALERIA ARTEKO

Ivan Gómez y Eduardo Vega son dos artistas que muestran la multiplicidad con la que la pintura, y el arte en general, se manifiestan, al igual que lo han hecho a través de la historia, en la actualidad. No es que sean sólo artistas de distintas generaciones, sino que pertenecen a escuelas muy diversas –uno está dentro del puro informalismo, mientras que el otro entra de lleno en eso que se ha dado en llamar ‘pintura expansiva’- y con trayectorias dispares: mientras que Vega ya es un artista consolidado, Gómez está, como quien dice, comenzando. Pero por partes.
Iván Gómez (Irún 1984) es una apuesta decidida de la galería Arteko: tanto que esta no es que sea su primera muestra individual en una galería de arte, sino que además ha sido el elegido para representar a Arteko en la feria JustMadrid con el solo/show “El corazón me estallaba”.
Lo mejor de “Qué extraño camino me ha llevado a ti”, que así es como se titula la muestra de la galería, y que está compuesta por un conjunto de piezas entre las que se incluye un vídeo, una serie de pinturas, objetos y dibujos, es el potencial que se intuye, donde se encuentran algunas notables piezas, junto que otras que sólo apuntan ideas para ser desarrolladas.

La práctica totalidad de la obra de Iván Gómez es una muestra palmaria de ‘pintura expansiva’ (que antes se llamaba ‘técnica mixta’), donde se junta en feliz maridaje, con gran libertad, elementos de la escultura, la pintura, el video o las ‘artes performativas’.

Como todo artista joven también hay una mirada pretendidamente irónica hacia la obra de arte, pero da la impresión de que sólo se queda en la puesta en escena de un chiste. Pero eso se solucionará con el tiempo. En todo caso es un artista al que habrá que seguir de cerca, y sólo cabe esperar que no se malogre en el difícil camino del negocio del arte.

Por su parte, Eduardo Vega de Seoane (Madrid 1955), es un pintor ya consolidado y con una importante trayectoria a sus espaldas. Tras unos años sin exponer en San Sebastián vuelve ahora con esta muestra en la que se pueden ver, salvo un par de excepciones, obra de formato pequeño, ese tan denostado y a veces infravalorado formato, pero que es la que sirve para las viviendas normales.

Vega de Seoane es puro informalismo, gestualidad vital, articulación de una pintura que se abre y se pliega sobre sí; y donde se cifran tanto los grandes movimientos de la pintura como los delicados gestos de una escritura caligráfica.

Salvo la excepción de “Somewhere”, la obra más dramática de la muestra realizada en blanco y negro, el resto de la obra respira tranquilidad y sosiego, en buena medida gracias a la utilización de un paleta donde los tonos se apastelan y la gama de color (grises, ocres, sienas, azules, blancos) tiende a la luz y la claridad.